Entender la factura de luz se ha convertido en todo un desafío para los usuarios. En el recibo que nos hace llegar la compañía eléctrica de manera mensual o bimestral encontramos una gran cantidad de datos y cifras donde se desgrana cada uno de los conceptos que la componen. Sin embargo, no siempre somos capaces de aclarar nuestras dudas.
Resulta especialmente importante que resolvamos todas esas cuestiones para saber sobre todo en qué realizamos un mayor gasto y así poder ahorrar en futuras facturas de luz. Para que no tengas tantas complicaciones, nosotros nos encargaremos de explicarte cada uno de los términos que conforman el recibo.
Desglose de la factura de la luz
Las facturas eléctricas, al margen de la comercializadora, presentan una serie de conceptos que se abonan a las propias empresas y otros que son regulados por el Estado. Son los siguientes.
Término de potencia
Se trata de un gasto fijo que viene recogido en la factura de la luz al margen de que se haya consumido o no electricidad. Hace referencia a la cantidad que se paga por la potencia contratada. La facturación se hace en euros/kilovatio y día, mes o año y el precio lo determina la comercializadora, aunque hay una parte regulada que corresponde al peaje. Hay comercializadoras que añaden margen a este concepto y otras no.
Para cambiar el término de potencia eléctrica contratada habrá que ponerse en contacto con la eléctrica. Eso sí, debes tener en cuenta que cualquier modificación de ella acarreará un coste, y únicamente se podrá realizar una vez al año. El incremento de la potencia supondrá un aumento en la factura eléctrica, pero una posible reducción puede implicar que salte con más frecuencia el Interruptor de Control de Potencia (ICP) o automático y genere averías a los aparatos eléctricos.
Término de energía
Hace referencia a la cantidad que se paga por kilovatio hora consumida. Para obtener este término habrá que multiplicar el precio de la energía por el consumo efectuado. En función de si nos encontramos en el mercado libre o regulado, en modalidad fija o variable, es decir indexada al mercado de electricidad, la estructura de este término variará.
Se trata de la parte variable de la factura, por el consumo y/o precio de la energía, y como es lógico, cuanto mayor sea el consumo, mayor será también el gasto a abonar a la compañía eléctrica.
Excesos de potencia
En los casos de una medida de potencia por maxímetro, si superamos la potencia contratada, nos encontraremos con penalizaciones económicas que están reguladas y se calculan dependiente del tipo de contador que tengamos, la tarifa contratada y las potencias registradas, en algunos casos por periodos y en otros casos por los registros horarios.
Es importante tener bien optimizada la potencia y revisar una vez al año para pagar el mínimo coste anual de esta parte fija de la factura.
Energía Reactiva
En potencias de más de 15 kW de potencia contratada, se aplican penalizaciones por generación de energía reactiva que vuelca a la red por el uso de ciertas máquinas o aparatos, como hornos, bobinas, luces, equipos informáticos, etc… Una solución es la instalación de condensadores o baterías de condensadores para eliminar antes de llegar al contador dicha energía y que no se vea reflejada en nuestras facturas.
Es recomendable revisar la vida de la batería cada 7 años ya que bajará su capacidad de trabajo.
Alquiler de equipos
Este concepto se cobra a los clientes que no cuentan con un contador de luz en propiedad. Las comercializadoras están obligadas a pasarle dicho concepto al usuario debido a que el contador pertenece a la distribuidora. En el caso de que lo tengas en propiedad deberás asumir el mantenimiento y las posibles averías que se produzcan.
Impuesto de la electricidad
Un concepto del que no conseguirás librarte es el impuesto de la electricidad. Todos los clientes tendrán que asumirlo en su factura de la luz independientemente de la comercializadora de luz con la que tengan el contrato. Habrá que aplicar a la suma de la potencia contratada y del consumo un 5,112696%, que ahora por las medidas excepcionales, lo tenemos reducido.
Las empresas con cierta actividad económica y los electrointensivos pueden obtener una reducción del 85% de la base imponible del Impuesto
IVA
El último concepto que encontramos en el recibo de la luz es otro impuesto. Se trata del IVA, por el que se aplica un 21% a la suma de los importes anteriores, tanto en la Península Ibérica como en Baleares. En Canarias asumen el 7% por el IGIC, mientras que los ciudadanos de Ceuta y Melilla abonarán el 1% por el IPSI. El porcentaje resultará igual para todos los clientes, al margen de la comercializadora.
Otros servicios
En el mercado libre resulta bastante común tener contratados otros servicios, como pueden ser mantenimiento o reparaciones urgentes. Son totalmente voluntarios, por lo que si decides contar con ellos en realidad debes valorar si te merecen la pena. De no ser así, lo aconsejable es darse de baja tras comprobar que este trámite no te suponga un coste o una penalización.
Con todos estos conceptos ya podrás conocer el importe final de tu factura. Es importante que antes de decantarse por una comercializadora analices y compares las distintas ofertas del mercado para quedarte con la opción que más te convenga.
Otros detalles que encontrarás en tu factura
La factura de la luz recoge una gran cantidad de información en muy poco espacio. En la cabeza aparecerá toda la información referente a la comercializadora, al punto de suministro, los datos del titular del contrato, el periodo de facturación y el número y tipo de contrato.
En otro apartado se recopilarán los datos sobre el contrato en vigor y el punto de suministro, en donde tendrán cabida la potencia contratada, Código CUPS, método de pago y peaje de acceso a la red.
Por último hay que destacar la información referente al historial de consumo para que se pueda hacer un comparativo de los últimos meses, representado mediante cuadros de consumo y gráficas.