El precio del Kwh (kilovatio por hora) hace referencia al precio de la electricidad establecido en las distintas tarifas de electricidad para facturar a los clientes por el consumo realizado en un periodo determinado.
Para calcular el importe del mismo tan solo hay que multiplicar los kilovatios por hora que se han consumido por el precio kwh que fija la tarifa de la compañía que suministra la energía. Este es el término de energía.
¿Cuál es el procedimiento para calcular el precio del kWh?
El precio kWh depende de la comercializadora y de la tarifa que se tenga contratada. Este concepto se implantó en nuestro país en 2009 una vez que se liberalizó el mercado de la energía. Eso provocó que a partir de ahí se fijará un mercado libre y regulado por medio de la tarifa Precio Voluntario al pequeño consumidor (PVPC).
De esta manera, el precio del PVPC será variable y estará condicionado a la demanda de energía eléctrica de cada día y hora, por lo que a lo largo de una jornada el usuario dispondrá de unas tarifas distintas. Cada empresa tendrá la posibilidad de determinar el precio energético, pero siempre teniendo presente esa tarifa regulada de PVPC.
Los precios de la electricidad se determinan en el pool, que es el mercado mayorista donde las compañías adquieren y venden la energía a diario por medio de una subasta. Cuando hay un incremento de la demanda lo más lógico es que los precios también se disparen. En primer término, se subasta la energía nuclear, que suele ser la más barata, para a continuación hacer lo propio con las renovables y acabar con las más caras como es el caso del gas. Estas casaciones son las que afectan a establecen el precio materia de la energía eléctrica a cada hora (sin conceptos regulados y sobrecoste añadidos que se han de añadir para el cálculo definitivo del precio)
El cálculo del precio de la subasta se lleva a cabo a través de un algoritmo denominado Euphemia, que se aplica en distintos países como España, Italia, Francia, Alemania, Suecia, Finlandia, Portugal o Hungría, entre otros y que maximiza el beneficio conjunto de los productores y los consumidores, cumpliendo con las restricciones del sistema.
¿Qué factores influyen en el precio del kWh?
El precio del kWh va más allá de tarifas y empresas comercializadoras. También influyen en este punto el coste de las materias primas, como puede ser el gas y el petróleo; la meteorología y los picos de consumo, que suelen darse con más frecuencia en las jornadas con temperaturas más extremas.
En cualquier caso, es necesario diferenciar también entre las tarifas del mercado regulado y las del mercado libre. Las primeras presentan un precio del kWh fijado por el Estado y comercializadas por comercializadoras de último recurso, que se determina según la oferta y demanda del mercado de la energía, con unos precios más competitivos en las horas nocturnas. Únicamente será posible contratarla cuando se tengan menos de 10 kW de potencia contratada.
En el mercado libre, por el contrario, son las comercializadoras libres las que se encargan de estipular el precio del kWh, que estará condicionado a los componentes regulados y el coste de materia en el mercado eléctrico en España, aunque puede darse también por acuerdos bilaterales entre operadores de mercado, como generadores, representantes de mercado, comercializadoras, etc….
Los componentes regulados dependen de la tarifa que tenga el consumidor y en consecuencia afectará al precio del kWh. En el mercado eléctrico las comercializadoras pueden dar opciones de contratación orientadas a satisfacer las necesidades del cliente, entre las que se encuentran las tarifas por horas, precios fijos, con discriminación horaria, etc.
El Término de Energía es el importe que debe pagarse en la factura eléctrica que depende del consumo eléctrico.
¿Cuál es el consumo medio de kWh al mes?
Las estadísticas indican que los hogares consumen cada mes una media de 291 kWh, que al cabo del año suponen 3.487 kWh. Pero no todas las viviendas gastan lo mismo. Las viviendas unifamiliares emplean algo más, en torno a los 3.754 kWh frente a los 3.373 de los pisos.
Si hacemos referencia a casas que no tienen gas natural, implica un aumento en su consumo por la calefacción eléctrica, pudiendo haber un aumento de hasta un 200%.
Las diferencias son importantes, pero la utilización de energía también dependerá de la zona en la que se ubiquen, ya que en los sitios más fríos suele ser bastante más elevado el gasto en electricidad. Hay que decir que más de la mitad del consumo recae en los electrodomésticos (55,2%), por lo que se hace imprescindible fijarse en ciertos detalles como el consumo en stand by. La iluminación se lleva el 11,7%, pudiendo ahorrar si optamos por las bombillas adecuadas, mientras que la cocina utiliza el 9,3%. La mayoría de las viviendas cuentan con vitrocerámicas o de inducción. Por su parte, el agua caliente y la calefacción consumen el 7,5% y el 7,4%.